PROYECTO DE DECLARACIÓN: Adhesión al Día Mundial del Adulto Mayor o de las Personas de Edad

El Senado de la Nación declara su adhesión al Día Mundial del Adulto Mayor o de las Personas de Edad, fijado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 1 de octubre de cada año.

FUNDAMENTOS

El 14 de diciembre de 1990 la Asamblea General de la ONU proclamó el 1 de octubre como el Día Internacional de las Personas de Edad. Su objetivo principal es recaudar dinero para el Fondo Fiduciario para el Envejecimiento, creado como parte del plan de acción internacional sobre el envejecimiento en el año 1982.

El tema de este día es lograr el mejoramiento de la calidad de vida de las personas de edad: Promoción de las estrategias mundiales de las Naciones Unidas.

Es un llamado de atención a todo el mundo, principalmente a los países del denominado Tercer Mundo y en desarrollo, a trabajar a favor de políticas y programas que permitan a las personas de edad vivir en un medio que mejore su capacidad, fomente su independencia y pueda proporcionarles un apoyo, una atención adecuados a medida que las personas van envejeciendo.

Un dato interesante es que en México el promedio de vida actual es de 75 años y para el 2050 será de 83 años de manera que, pensando con optimismo, lo que hoy se haga por ellos mañana será en nuestro propio beneficio.

Los derechos básicos de los adultos mayores aprobados en la Convención de Ginebra de las Naciones Unidas, realizada en 1982, son entre otros:

– Tener acceso a la alimentación, agua, vivienda, vestimenta y atención de salud adecuada, mediante ingresos propios suficientes y/o el apoyo de sus familias y de la comunidad.

– Tener la posibilidad de trabajar o acceder a otras alternativas de obtener ingresos.

– Poder participar en la determinación de cuándo y en qué medida cesarán de desempeñar actividades laborales.

– Tener acceso a programas educativos y de formación adecuados.

– Tener la posibilidad de vivir en entornos seguros y adaptables a sus preferencias y capacidades.

– Poder residir en su propio domicilio por tanto tiempo como sea posible.

– Permanecer integradas en la sociedad, participar activamente en la formulación y en la aplicación de las políticas que afectan directamente su bienestar.

– Poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicio a la comunidad y de trabajar como voluntarios en puestos apropiados a sus intereses y capacidades.

– Poder formar movimientos o asociaciones de personas de edad avanzada.

– Poder disfrutar de los cuidados y la protección de la familia y la comunidad de acuerdo con el sistema de valores culturales de cada sociedad.

– Poder disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales cuando residan en hogares o instituciones donde se les brinde cuidado y tratamiento con pleno respeto de su dignidad, creencias, necesidades e intimidad así como de su derecho a adoptar decisiones sobre su cuidado y sobre su calidad de vida.

– Poder vivir con dignidad, seguridad y verse libres de explotaciones y malos tratos físicos a o mentales.

Por todo lo expuesto, Señor Presidente, y porque considero que en nuestro país se debería concienciar acerca del gran valor que tienen nuestros mayores, es que no dudo acerca de la atención que mis colegas senadores dispensarán al presente proyecto.

Hilda C. Aguirre de Soria

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